Finlandia, el hogar de Santa Claus

Sentimientos encontrados con Finlandia, esa es la verdad. Personalmente, y para ser totalmente sincero me pareció un país apagado. Rozando la tristeza.

Finlandia aparece como uno de los países con mejor calidad de vida, pero la verdad es que eso nos pareció más aplicable a todos los que vendrían después.

Prepárate para leer nombres impronunciables.

Adiós Noruega

Tras alcanzar Cabo Norte pasamos de nuevo por Honningsväg, os contamos eso en nuestro anterior artículo Escandinavia y Cabo Norte.

La noche nos pillaría en Lakselv y ya nos despedimos de Noruega dispuestos a atravesar Finlandia de norte a sur.

Finlandia

La primera noche en Finlandia la pasamos en una estación de esquí cerrada para los menesteres propios de la misma, pero con su parte administrativa abierta para quienes disfrutaban de la naturaleza del lugar.

La noche fue movidita puesto que hacía bastante viento y no paró de llover en toda la ídem, de hecho así amaneció. Gracias a la segunda camperización de La Vane, pudimos realizar todas las tareas necesarias sin tener que bajar de la furgoneta.

Nos ponemos en marcha y a media jornada paramos a la entrada de un parque natural. No recuerdo bien el nombre, paramos para descansar y nos llamó la atención una mujer que pasó por delante de nosotros y se llevó las manos a la cabeza.

Había visto la placa de matrícula y la señalaba como preguntando ¿En serio venís de España? Jajaja…

Rovaniemi, la ciudad de Santa Claus y el Círculo Polar Ártico

Obviamente lugar 100% turístico. Ya nos indican que sin nieve el sitio pierde bastante. Santa Claus Village es una encerrona para turistas con los bolsillos bien forrados. No al nivel de Noruega, pero desde luego nada barato.

Casa de Santa Claus en Rovaniemi
Turistada del Santa Claus Village

Usamos los lavabos ¿Cuántos de vosotros habéis cagado en la casa de Santa Claus? ¿Eh? Jajaja…

Línea del Círculo Polar Ártico
Ahora estoy a un lado, ahora al otro…

En el suelo hay pintada una línea que indica el salto al Círculo Polar Ártico, la típica turistada para hacerse la foto, pero sin ningún interés más. Si no hubiésemos parado aquí tampoco nos habríamos perdido nada la verdad.

Rovaniemi

Es la capital de Laponia y un lugar simplemente plano de Finlandia, sin emociones ni cosas a resaltar. Está a pocos kilómetros de la residencia oficial de Santa Claus.

Dormimos una noche y seguimos nuestro camino.

Finlandia de norte a sur

Nuestro viaje nos lleva por diferentes poblaciones. En Ranua dormimos en el aparcamiento de un hospital rollo Doctor en Alaska, también con el parque de bomberos al lado.

Aparcados en Ranua
Aparcados en Ranua, paisaje a lo Doctor en Alaska

Encontramos algo más de actividad en Oulu. Nos llama especialmente la atención la iglesia al más puro estilo nórdico, tan diferente de las nuestras. Nos gusta la sobriedad religiosa de estos lares.

Callejeando por Oulu
Conociendo Oulu

En Pulkkila constatamos que esta gente tiene la sana manía de instalar lavabos en medio de la nada. Aparcamos para dormir junto a un lago, hay una zona de picnic y a unos cuantos metros, sí, un lavabo.

Iglesia en Oulu
Iglesia en Oulu ¿Mola o no mola?

He de comentar que estaba totalmente inservible, no por su estado de conservación sino por estar lleno a modo de cucurucho de papel higiénico usado. Imaginad la estampa al abrir la puerta.

En lo profundo del bosque en Finlandia
Bosque tétrico por la noche, estábamos totalmente solos

Recuerdo también especialmente esa noche porque a pocos metros comenzaba un bosque denso y cerrado. Por la noche, antes de dormir, cumplimos con el ritual de regar las tierras y mientras estaba en tal faena me impresiona escuchar, en el silencio de la noche, extraños ruidos que provienen del bosque, ahora oscuro e impenetrable.

Que sí, que hay renos y otros animales… pero es verse en la situación, en medio de la inmensidad lapona. Imagina extrañas criaturas nórdicas pululando por los bosques en medio de la oscuridad.

Parque de Jyväskylä en Finlandia
Parque en Jyväskylä, se nota que ya estamos más al sur del país

Llegamos así a Pihtipudas, nada a reseñar salvo el nombre y la parada para dormir. Después le toca el turno a Torikeskus y la impronunciable Jyväskylä donde ya se nota que estamos bastante más al sur del país. Hay más vida y actividad, el clima es más amable.

Helsinki, ducha y ferry

Y llegó el día. Alcanzamos Helsinki, la capital de Finlandia, al sur del todo. Aquí nos esperaban varios días llenos de actividad. Además, cerca de donde aparcamos había un centro deportivo donde, igual que nos sucedió en Odense, podías acceder a sus instalaciones libremente.

Callejeando por Helsinki
Callejeando por Helsinki

Nos dimos una ducha caliente gloriosa y Cristina aprovechó para lavarse el pelo. En aquel momento esa tarea, debido a la mata de pelo que tenía, le llevaba casi 3 horas de trabajo.

Por recomendación de otros viajeros damos preferencia a una de las tres navieras que tienen línea desde Helsinki a Estonia, que era nuestro próximo destino.

Helsinki
Helsinki, un tanto plano pero con excepciones

Compramos el billete de ferry en Viking Line por 62 euros. Eso incluye furgoneta y dos personas. El trayecto duraba unas dos horas y media. Billete comprado. Estábamos a 15 de septiembre y el 17 a las 20:30 horas embarcábamos para llegar sobre las 23 horas a Tallín, la capital de Estonia.

Helsinki nos pareció, al igual que el resto de núcleos urbanos de Finlandia, un tanto triste y anodina. Aburrida.

Alcohol en Finlandia

Debes saber que la venta de bebidas alcohólicas por encima del 2,4% las vende el estado en tiendas que están dentro de los supermercados. Se llaman Alko. Como bien imaginas los precios son desorbitados.

Una botella de vino tinto peleón que en cualquier supermercado de España compras por 2 o 3 euros te sale allí por 8 o 9 euros. Ojo con eso.

Ferry a Estonia, Tallín allá vamos

Y así, casi sin darnos cuenta, estábamos en la fila de vehículos para acceder al ferry. El trasto era enorme, tras aparcar siguiendo las instrucciones de la tripulación comenzamos a corretear por todo el barco para no perdernos ningún rincón.

Llegamos a la cubierta. Hace aire y es frío, pero no nos resistimos a permanecer allí hasta que el barco abandona el puerto.

Ferry de Helsinki a Tallín
Ferry partiendo de Helsinki con destino Tallín en Estonia

Nos llama la atención la cantidad de bares que tiene y que todo está sembrado de maquinas tragaperras. Al final encontramos un rincón tranquilo con dos enchufes donde poner a cargar los móviles.

También nos divierte ver cómo te ubica la aplicación del GPS del móvil en medio del mar Báltico.

Casi sin darnos cuenta suena el aviso de llegada a puerto. Estonia nos espera. Son más de las 11 de la noche y el nuevo país nos recibe con lluvia. Qué bien, un lugar desconocido, de noche y lloviendo.

Cristina me dice que no hay problema, el lugar donde vamos a dormir queda apenas a 5 minutos del puerto donde atraca el ferry.

Pero eso ya lo dejamos para la semana que viene gente. Nos vemos en Estonia. Adiós Finlandia.

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